El choque
generacional entre maestros viene a iluminar el rumbo
Jóvenes maestro/as de arte quieren colaborar con el
Ministerio de Educación, para recuperar la institucionalidad de la Dirección
General de Educación Artística DiGEA, denunciada por corrupción e intervenida. Como
se sabe, la corrupción siempre existió, pero recrudeció en la DiGEA con la
reciente administración de Federico Franco, cuando los funcionarios profesionales
fueron sustituidos por operadores políticos, autopresentados ante las academias fiscalizadas por la DiGEA,
como recaudadores de “la corona”.
El problema histórico
Tradicionalmente, el Ministerio de Educación y Cultura MEC se
ocupó de inscribir las academias de arte, registrar los exámenes y otorgar los
Títulos a lo/as Profesor/as de Arte. Pero esta función meramente operativa
careció de un acompañamiento estratégico del Estado Nacional. Ante la ausencia
de una normativa apropiada, el MEC legitimaba decisiones de un poder externo,
pero autofacultado para establecer programas de estudio, sistemas de evaluación.
Lo/as jóvenes maestros lo explican muy bien: “Reducidos
grupos de empresario/as del arte, entre 1954 y 1989, lograron fama.
Actualmente, siguen ejerciendo influencia sobre las autoridades, y mantienen
vigentes estilos de enseñanza, y programas de estudios obsoletos, cuya
extensión en años es el doble de la de los programas de cualquier otro país.
Tal vez lo hacen con buenas intenciones, pero provocan disfuncionalidad en sus
egresado/as, deficitario/as como artistas y como docentes”. El programa de Danza actual es de 1978,
concebido con plazo de vencimiento de diez años. Pero tras 35 años, sigue lo
más campante, igualando el récord de Stroessner en el poder.
Escena de "Giselle", a cargo del Ballet Clásico y Moderno Municipal de Asunción
La solución abortada
Por lo expuesto, en 2012 se creó la DiGEA, con la expresa
misión de regir la educación artística en Paraguay. La DiGEA sometió a
consideración de la comunidad educativa en arte la posibilidad de actualizar el
programa de estudios, reduciéndolo a 9 años. Entonces, alguna/os famosa/os de la danza aprovecharon el cambio político del 22 de junio de 2012 para pedir la
destitución del equipo conductor de la DiGEA, integrado por profesionales de
primer nivel internacional, y asesores de la talla de Julio Bocca.
Tal vez lo hicieron por no entender que, reducir a 9
los años de estudio para obtener un título en arte, no significará reducir el
lucro que las academias merecen por su importante labor. ¡Al contrario!, su
trabajo será mejor remunerado, porque en 7 años ya, cada cohorte de 20 alumno/as
iniciales abonará al menos 104 matrículas, en lugar de las 96 que abona en 14
años actualmente. La deserción actual es grande porque a) la perspectiva del/la
alumno/a es un destino que no satisface sus expectativas (él/ella quiere
bailar, pero el disfuncional sistema le ofrece un título de profe), y encima b)
el programa de estudios es exageradamente largo (14 años, incluida la
pasantía).
Aplaudo, Alejandro la capacidad de síntesis que tuviste al observar el problema. Esta situación estructural problemática, en lo que a la enseñanza de Danzas Españolas en Paraguay se refiere, que es lo que a mí me toca presenciar. Soy testigo de cómo se pierden muchos talentos y de cómo reprimen a los profesores/as jóvenes que se capacitan en el exterior y tratan de mejorar el sistema de enseñanza porque se dan cuenta de que no funciona para lograr los fines pretendidos hoy en día. Es más, si no logramos cambios en el sistema a corto plazo, experimentaremos incluso la disminución vertiginosa de la afición hacia este tipo de arte.
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