sábado, 26 de abril de 2014

Los asesinos de Santiago Leguizamón ganan … por ahora

Era un día como hoy pero de 1991. Santiago Legizamón era asesinado. Visiblemente emocionado, Óscar Acosta realizaba la crónica por televisión. Óscar estaba de cumpleaños. Hoy también cumple un año más de vida… afortunadamente.

Afortunadamente sigue vivo. Pero él y todo/as lo/as que defendemos la verdad corremos peligro. Y es que las mafias asesinas de Santiago siguen monopolizando el poder.

Lo/as trabajadore/as de prensa quisieran denunciarlas. Pero están amordazado/as, porque sus empleadoras, las empresas de comunicación social, no enfrentan a las mafias. Es su estrategia de supervivencia.

Es más, su estrategia consiste en ser funcionales a los intereses de quienes detentan el poder, el permanente y el transitorio, vale decir lo/as mafioso/as y lo/as gobernantes.

Por eso, ni siquiera un inofensivo comentario sobre le ejecución presupuestaria de instituciones públicas, tiene espacio de prensa. ¡Imagínense si publicarán “qué pasó en Curuguaty”!

Cultura venal

Sin embargo, la postura empresarial no es nada frente a la cultura venal de la sociedad. ¿Cuántas veces vemos a la gente común enorgullecerse de “no hacer política”? ¿Cuántas veces nuestros seres queridos nos aconsejan “no meterse en problemas, evitar temas conflictivos, no publicar cosas que pueden comprometernos”?

En el inconsciente colectivo navega la idea de que nos irá bien toda vez que nos orientemos hacia donde sopla el viento. Y sin embargo, esa es la forma más segura de hacer una sociedad cada vez más mezquina, individualista, desunida. La forma más segura de sepultarnos.

Si la verdad es disfuncional al sistema, no mintamos, cambiemos el sistema. Pero no lo hagamos individualmente, sino a través y con el respaldo de nuestros respectivos grupos de pertenencia. Debemos preservar la cohesión interna de nuestro gremio, y conquistar el apoyo y la comprensión de nuestro entorno y amigo/as.


De lo contrario, terminarán ganándonos la guerra las mafias asesinas de Leguizamón, que ya nos vienen ganando varias batallas.